Desde mi llegada, habia oído que en las afueras de Greenville habia un enorme lago.
Uno de los dias que paseaba aburrida por el pueblo decidi ir a visitarlo, busque un mapa, me puse el bikini bao los vaqueros y me dispuse a encontrar el famoso lago.
Llegue a medio dia, con el sol en pleno cenit, un calor agobiante para estar en los primeros dias de primavera.
Deje la mochila a los pies de un arbol, me quite la ropa y me fui metiendo poco a poco en el agua asta dejar que el poco movimiento del agua se apoderase de mi.